Presión arterial alta: factores de riesgo, prevención y tratamiento
La presión arterial alta es la enfermedad cardiovascular más común.
Es una enfermedad crónica que se trata de por vida.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo, el número de enfermos ha pasado de 594 millones en 1975 a 1,13 millardos en 2015, de los cuales 2/3 viven en países de bajos ingresos. La prevalencia de la enfermedad en la región OMS África es del 27% frente al 18% en América. En 2015, 1 de cada 4 hombres, y 1 de cada 5 mujeres sufrían de HTA; y solo 1 de cada 5 enfermos presentaban una tensión normalizada.
La hipertensión arterial es un aumento de la tensión en las paredes de los vasos sanguíneos (arterias) con los latidos del corazón. La presión arterial normal de un adulto es de 120 mmHg1 cuando el corazón late (tensión sistólica), y de 80 mmHg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica). La HTA se traduce por lo tanto, en un aumento de la tensión arterial (TA) de modo que la tensión sistólica será igual o superior a 140mmHg y la tensión diastólica será igual o superior a 90 mmHg.
En general, la hipertensión arterial no presenta ningún síntoma que pueda alertar al paciente. Frecuentemente se descubre en un examen médico rutinario. A pesar de ello, algunos síntomas que pueden hacernos sospechar de hipertensión arterial son:
- Dolor de cabeza matutino, en la parte superior o posterior de la cabeza
- Aturdimiento
- Molestias oculares: moscas volantes, neblina ocular …
- Cansancio
- Hemorragias nasales
- Hemorragias conjuntivales
- Tirones musculares
- Necesidad frecuente de orinar
- Disnea (dificultad respiratoria)
Es posible que la enfermedad se descubra a raíz de una complicación, por ejemplo:
- Accidente vascular cerebral
- Insuficiencia cardíaca
- Infarto de miocardio
- Crisis cardíaca
- Edema pulmonar
- Parálisis ocular
- Hemorragias retinianas
- Insuficiencia renal
- Disfunción eréctil
Es posible que la enfermedad se descubra a raíz de una complicación, por ejemplo:
- Accidente vascular cerebral
- Insuficiencia cardíaca
- Infarto de miocardio
- Crisis cardíaca
- Edema pulmonar
- Parálisis ocular
- Hemorragias retinianas
- Insuficiencia renal
- Disfunción eréctil
En la mayoría de los casos, la hipertensión arterial puede ser evitada adoptando de forma temprana hábitos de vida saludable :
- Llevar una alimentación sana a base de frutas y verduras, cereales integrales y proteínas bajas en grasa.
- Limitar el aporte de sodio, reduciendo la cantidad de sal que añadimos en las comidas: el aporte total de sal o cloruro de sodio, de todas las fuentes, no debe ser superior a 5 gramos (1 cucharadita de café).
- Limitar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas
- Conservar un peso saludable: el sobrepeso puede causar un aumento de la tensión arterial
- Hacer ejercicio: el ejercicio físico ayuda a disminuir la tensión arterial. Los adultos deben realizar una actividad física moderada de al menos 30 minutos cada día de la semana, o casi.
- No fumar: fumar daña los vasos sanguíneos y acelera el endurecimiento de las arterias.
- Limitar el consumo de alcohol
- Chequear regularmente la tensión arterial: es importante vigilar la tensión arterial puesto que la hipertensión se manifiesta a menudo sin síntomas.
- Llevar una vida social, y no aislarse.
A esto, para las personas que ya sufren de hipertensión hay que añadir lo siguiente:
- Vigilar la tensión arterial: se puede bajar la tensión arterial con cambios en el modo de vida y siguiendo el tratamiento pautado.
- Prevenir y preocuparse por otros problemas de salud como la diabetes. Casi un 60% de los enfermos sufren también de hipertensión. Se puede disminuir el riesgo de diabetes con una alimentación sana, manteniendo un peso saludable, y haciendo ejercicio de forma regular.
- Reducir y gestionar el estrés a través de la meditación y otras técnicas de relajación
Los tratamientos contra la hipertensión arterial:
Seguir el tratamiento diario contra la hipertensión permite aumentar la esperanza de vida y evitar enfermedades concomitantes debilitadoras y que pueden condicionar la vida. El tratamiento se basa en 8 «familias» de medicamentos cuyos mecanismos de acción son distintos y complementarios. En algunos casos se pueden asociar 2, o incluso 3, clases terapéuticas. Los enfermos de HTA son distintos unos de otros. Puede suceder que el médico pruebe distintas clases antes de encontrar la combinación que irá mejor al paciente. Diferenciamos:
- ANTAGONISTAS DE RECEPTORES DE ANGIOTENSINA (ARA II): actúan contra una sustancia muy activa para provocar la contracción de las arterias y la hipertensión. Tienen muy pocos efectos secundarios.
- INHIBIDORES DE LA ENZIMA CONVERTIDORA DE ANGIOTENSINA (ECA): actúan favorablemente sobre las arterias y sobre el corazón. Pueden ocasionar tos que desaparece cuando finaliza el tratamiento.
- INHIBIDORES DE RENINA (IDR): actúan bloqueando una sustancia que secreta el riñón y que favorece la contracción de las arterias.
- BETA–BLOQUEANTES: disminuyen la actividad del sistema nervioso, haciendo que el corazón lata con menos frecuencia y fuerza.
- DIURÉTICOS TIAZÍDICOS Y SIMILARES: actúan sobre el riñón y se asocian normalmente con otros medicamentos para aumentar su efecto sobre la tensión.
- BLOQUEANTES DE LOS CANALES DEL CALCIO: suavizan la presión en las arterias y se prescriben para la angina de pecho. Pueden provocar edemas en los tobillos.
- HIPOTENSORES DE ACCIÓN CENTRAL: bloquean las señales del cerebro al sistema nervioso responsables de la hipertensión. Se utilizan menos por que presentan más efectos secundarios que otros medicamentos.
- BLOQUEADORES ALFA: actúan directamente sobre las arterias, pero pueden provocar bajadas de tensión que se manifiestan con mareos o vértigos.
Estos documentos fueron preparados y puestos a disposición por la hermana Yvette Ebolo, sección de Africa Central.