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Enfermedades psicosomaticas

¿Qué es ?

 

Se dice de una enfermedad que es psicosomática cuando no se encontró ninguna causa orgánica. De origen emocional, este tipo de enfermedad habría sido descubierta en el Alto Egipto, pero el término fue realmente aceptado después del descubrimiento del inconsciente en la época de Freud, que apoyaba la interacción entre lo psíquico y lo orgánico, los dos afectándose mutuamente de manera inversa.

El cuerpo y la psique están íntimamente ligados y en constante interacción. Para confirmar, por ejemplo, las consecuencias de la ansiedad sobre el cuerpo físico, las investigaciones en psico-neuro-inmunología han llegado a la conclusión de que una sobrecarga emocional del sistema nervioso implica la producción de hormonas corticoides que disminuyen las defensas inmunitarias del cuerpo. La exposición a las afecciones es entonces inevitable. El estrés sería el principal factor psíquico que desencadena o favorece una enfermedad psicosomática. Se produce en tres fases: la fase de alerta, la fase de lucha y la fase de agotamiento. Durante la última fase, el cortisol secretado por las glándulas suprarrenales agota las reservas de energía del cuerpo. Así, las infecciones pueden fácilmente afectar al organismo.

La psique es un ferviente guardaespaldas de nuestro organismo. Actúa de manera distinta según el tipo de estrés encontrado:

– Puede así establecer un sistema de defensa capaz de evitar, sino limitar, el impacto físico del estrés cuando este es fácilmente reconocible;

– Sin embargo, le cuesta implementar este mecanismo cuando el estrés es inconsciente, es decir cuando no se define abiertamente una cierta ansiedad.

 

Los sintomas

 

Los síntomas varían en función del individuo, pero también del tipo de trastorno psíquico:

  • Las neurosis atacan a menudo el hígado, el colon y los intestinos, provocando trastornos gastrointestinales (reflujo gástrico, estreñimiento, hinchazón de vientre, colopatía funcional o síndrome del colon irritable);
  • El estrés, la emotividad, la ansiedad y la contrariedad provocan enfermedades cutáneas (caída del pelo, aftas, herpes naso-labial, impétigo, verrugas, psoriasis);
  • Una subida de adrenalina o de la hormona del estrés puede ser responsable de una hipertensión arterial o de una migraña. También aumenta el riesgo de infarto de miocardio;
  • En algunos sujetos los trastornos emocionales pueden causar desequilibrios alimentarios, como la anorexia, la obesidad, la bulimia, el alcoholismo;
  • En los niños la incapacidad de expresar su malestar y el estrés permanente hace que el cuerpo los externalice a través del eccema, el asma precoz o el retraso en el crecimiento. Tampoco es raro que cause anorexia nerviosa (en los lactantes), insomnio, alteraciones del sueño o vómitos;

 

Cabe señalar que el diagnóstico de este tipo de afecciones sólo puede llegar a la conclusión de una enfermedad psicosomática en ausencia de causas orgánicas. Una enfermedad psicosomática no es diferente de una enfermedad convencional, excepto por la causa. El diagnóstico del médico siempre comienza con una serie de preguntas a través de las cuales podrá determinar si se trata de una causa psíquica (emotividad, agotamiento, angustia, ansiedad) o una causa somática (presencia de bacterias o virus, deterioro de un órgano, etc.).

 

¿Qué hacer?

Una vez establecido el diagnóstico de una enfermedad psicosomática, el cuidado va en ambas direcciones con un tratamiento médico para aliviar la crisis y una psicoterapia para reequilibrar el desajuste psíquico. El psicoterapeuta empieza por escuchar a su paciente para ayudarle a descubrir las posibles causas psicológicas de su enfermedad. El trabajo psicoterápico consistirá, entonces, en desenredar la influencia de las emociones sepultadas permitiendo a la psique tener recursos para regular las tensiones por sí misma. Este mecanismo de defensa establecido por la psique, provocado por el tratamiento psicoterapéutico, evitará la recidiva de la enfermedad.

 

Algunos trucos para prevenir las enfermedades psicosomáticas

 

Se trata de aprender a contener su estrés y a canalizar sus angustias para que el organismo pueda establecer un sistema de defensa capaz de evitar la somatización. La práctica del deporte es evidentemente el primer consejo para combatir todas las dolencias y reducir el estrés. Luego viene el equilibrio alimentario, el consumo moderado de alcohol, de café y de tabaco.

El sueño también es uno de los mejores aliados para evitar las afecciones psicosomáticas. De hecho, la fase de sueño profundo reduce el agotamiento físico. En cuanto a la fase llamada «paradójica», permite al inconsciente organizar y equilibrar las emociones sentidas durante el día.

En la medida de lo posible, es aconsejable realizar actividades lúdicas fuera del trabajo, como salidas, lectura, juegos de todo tipo, etc. Por último, los ejercicios de relajación como los estiramientos, así como los tratamientos de bienestar (sauna, masajes, etc.), evitan la sobrecarga emocional.

 

Estos documentos fueron preparados y puestos a disposición por la hermana Yvette Ebolo, Sección de Africa Central